Palabras inciertas. Día 10
‘‘Mi casa es la
escritura
la habito como el
hogar
de la hija
descarriada
la pródiga
la que siempre vuelve
para encontrar los
rostros conocidos
el único fuego que no
se extingue’’
Cristina Peri Rossi
Han pasado dos días de la comunión, devota peregrina,
incrustada desde inicio en el catolicismo, pocos días más tarde renegaría, se encolerizaría,
pero entonces ahí persevera en la creencia. Regalos. Diarios. Tantos que parecen
cedidos como una clonación de estampas. Garabatos, palabras sueltas, sin
sentido, el inicio de un algo, el qué.
Cuidadosa. Le gusta conservar todo en orden, hay poco, debe
perdurar. Inician las preguntas. Esas dudas hoy no militan, se extinguieron
como tantas otras cosas, unas extraviadas entre cajas de mudanza, otras inundadas
por la tempestad, desaparecieron aquellas torpezas del pasado.
Pero el grabado sigue intacto. Se pregunta la razón de crear
mundos, la necesidad de expresar las emociones, esas que con tanto fervor la
congojan. Y a veces, ante tanto ahogo se esconde, se cobija en la mudez. Aquí
no entra nadie, nada. Está segura. Más tarde se da cuenta del daño provocado,
del castigo que se infringe al desechar la grandeza que le ofrece externalizar
esa oscuridad con la que yace, y le da la mano, de nuevo, regresa a la
escritura. Y respira. Aquel día 10 vivía en el encogimiento, este día, hoy, traza
el porqué.
A Maria, amiga de la infancia, adolescencia, adultez; de corazón.
Siempre le agradeceré que me empujara a base de patadas a crear el primer
blog. Sin ella, este ahora no vegetaría.
Creo que en la vida hay momentos para todo y quien domine a la paciencia siempre será más feliz. Momentos para la mudez, para la seguridad y momentos para la exposición, para ser juzgados de alguna manera. Qué bien que María te animara a soltar las palabras que has conseguido convertir en lúcida literatura. ¿Y la novela 'pa cuándo? je, je. Buen fin de semana, Irene.
ResponderEliminarBesos.
Te voy a hacer una pregunta, y tienes que ser totalmente sincero, Miguel. ¿Cómo se te da pegar coces? Ja, ja, ja. La novela, no sé, necesito a un Pepito Grillo que me grite a la oreja, los susurros con lo terca que soy, no me valen, ;)
EliminarMil gracias por tus ánimos, y feliz fin de semana.
Besos.
A veces una siente la necesidad de encerrase consigo misma, aunque se sufra, aunque una se dañe a sí misma, después se sale con las ideas más claras. Una muy buena amiga que te abrió la posibilidad de volcar todo en forma de palabras escritas.
ResponderEliminarUn beso.
Maria es de esas personas que siempre te da la mano, te apoya y empuja. Y lo mejor, es que le he enviado el escrito y su respuesta ha sido: yo no hice nada, luego nos hemos reído, porque hasta que el blog no estuvo creado no se fue a su casa, así es ella, en todo.
EliminarGracias, muchas, Rosa.
Un beso, y feliz fin de semana.
Irene, hoy le daré crédito a tu bella amiga María, debe tener un alma preciosa y generosa para hacer que lograras sacar las palabras que se ahogaban en tu interior y que tanto bien te han hecho, y de paso incluso a nosotros, pues escribes de maravilla, sea cual sea el tema, tienes un gran don, y si también lo usas para sacar esos demonios que acostumbran a robarnos parte de nuestro tesoro interior, pues la abrazo, casi con el mismo cariño que a tí, que seguro sientes muchísimo por ella.
ResponderEliminarLa frase de Cristina Peri Rossi es una joya, me he sentido tan identificada con ella y con tu escrito también, ese renegar a creencias, esas dudas que ya desaparecieron aunque han dado lugar a otras, esa mudez que abandone para dejar salir de mí tantas cosas a través de mis letras y el blog...
En fin querida Irene, que después de todo además de ser del mismo signo, nos unen otras cosas que hacen que te entienda entre líneas más de lo que pareces decir, o sea que hay certeza en tus palabras inciertas.
Te dejo un abrazo que te inunde el alma de luz, serenidad y amor.
Lo olvidé, ¿estás en la fotografía? supongo que es del colegio y también está María. Bueno voy a suponer que si, y tengo dos posibilidades, o eres la que está muy pensativa en lo más alto, al lado de la que se esta comiendo las uñas, o acaso eres la del ¿libro? en las manos que tiene los ojos metidos en él, ya me dirás, ja, ja,
ResponderEliminarLo que sí aprecio es casi todos tienen cara de preocupación..., besos.
Maria es especial, somos amigas desde la guardería, solo puedo dar las gracias de que sigamos de la mano. Como le comento a Rosa, ella es todo eso y más.
EliminarSobre los silencios, existen algunos que se mascan y revelan más que todas las palabras mostradas, quizás sea porque uno puedo decir, expresar, pero en su comportamiento se manifiesta la verdad. Es entonces cuando una parte de nosotros encaja y lo externalizamos, por necesidad, esa ansia anhelante que reside sin el miedo. Y la escritura nos provee de esa fortaleza o armadura, el poder de trazar todo aquello que nuestra voz camufla. Un incesante conflicto.
Si que nos parecemos, Capricornias testarudas, :)
Es una excursión del colegio, o quizás un castigo, nos tuvieron horas y más horas caminando sin sentido, y las caras no son de preocupación más bien de desfallecimiento, o quizás un poco de aprensión sí teníamos, al pensar que debíamos descaminar todos esos pasos, ja, ja, ja Y sí, soy la que está con la libreta escribiendo.
Mil gracias, querida Idalia.
Muchos besos.
Eres un corazón que escribe.
ResponderEliminarDiarios... yo tuve uno... y me temo que no respetaron mi intimidad.
Cuando tuve la certeza de que lo leían dejé de escribir.
No me gusta leerme en el pasado... hace unos años alguien me devolvió un montón de cartas mías... me releí y no me gusté... cambio a tal velocidad que ya no sé quién soy.
Besos.
Qué bonito, Xavi. Precioso. Y no creo merecer que se me diga algo tan bello.
Eliminar¿Te leían los diarios? Me parece gravísimo, una falta de respeto a la intimidad, a la entrada no permitida de esa parcela introspectiva de nuestro interior, y no puedo más que renegar en contra de ello. No está bien, nada.
Yo tampoco leo escritos del pasado, bueno, miento, lo hice hace unos meses, como un pequeño receso, pero dudo que vuelva hacerlo, pero no diré nunca, que luego me tengo que comer mis propias palabras, y eso, ay, eso como atraganta, ja, ja, ja.
Mil gracias por tu cariño.
Besos.
This piece is a beautiful reflection on the transformative power of writing and the deep connection it creates with our inner selves. The imagery of returning home, not just to a physical space but to the sanctuary of one’s own words, resonates deeply. It captures the struggle of finding solace in creativity amid doubt and the chaos of life. The tribute to Maria adds a lovely personal touch, highlighting the importance of friendship and encouragement in our journeys. It’s inspiring to see how writing becomes a lifeline, a means of understanding and expressing those tangled emotions that often feel overwhelming.
ResponderEliminarYou are invited to read my new blog post: https://www.melodyjacob.com/2025/02/our-pre-valentine-visit-to-pitlochry.html