Mendicidad. El hambre no florece. Días impares



 

Como un adiós perpetuo,

vaga la enfermiza despedida.

La de un silencio arrepentido,

que yerra entre esclusas.

 

Se abrasa en la nostalgia,

en los resquicios desairados,

en el temor laxo.

Deambula en la incipiente valentía.

 

En la primitiva descortesía,

retrocede.

Escondrijo desmembrado.

Complaciente.

 

Aquella que nada espera,

se encorva y palidece,

repatriada a su jaula.

Como tierra árida que jamás florece.





Ojalá otra vida, una en la simplemente pudiéramos alimentarnos de la palabra.

En fin, ahora sí, esta será la última entrada, hasta más ver, debo regresar a mi medio, el caos, no se puede aplazar lo inevitable.

Esta entrada es gracias a Xavi y su blog: https://torosalvaje.blogspot.com/, has logrado que pedalee entre versos, que la que soy y lo que significa para mí la poesía se aproximen. Hoy he vuelto a casa.

Sobre la canción escogida, bueno, es que si no impongo algo de incoherencia me ahogo.

Besos, y abrazos.


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