La hora truncada. Día 40

 



—¿Qué buscas?

—No lo sé.

—Y por qué insistes. Déjalo. Abandona. Acaso no ves cómo te desborda el caos. Cómo en esta batida lo único que encumbras es perdición y desaliento.

—Debo seguir, necesito hacerlo.

 

 

En el crepúsculo

acontece una turbia fisura,

incómoda.

Dañina.

 

Convulsa en el recuerdo

de aquella noche fría,

se desgarra en el lamento.

Recluida.

 

Como mártir anhelante

balbucea ruegos,

dispensas contradictorias.

Condena.

 

En el soberano desarraigo

quebranta,

las agujas sellan lo irremediable.

Origen.

 

 

 

Hace años que no escribo poesía, no es lo mío, y mira que es una de las cosas que más venero. Este vaivén empezó en marzo del 2024, y está costando, nada es cómodo, pero aun en la convulsión, nunca he estado más segura, más certera. Y, sobre todo, comprendida. Esta entrada es para vosotros: Rosa, Xavi, Miguel, María e Idalia. Algún día, en algún momento que contemple un ahora, espero que podamos darnos la mano.

Gracias, desde el corazón. 

 


Comentarios

  1. Mano tendida en un ahora o en el futuro para personas queridas y que se encontraron a través de las letras compartiendo parte de su alma.
    Me gusta leer poesía y admiro lo que has escrito. Yo no escribo poesía porque me empezarían a salir textos con perros sarnosos o niños poseídos y tampoco es cuestión de pervertir ese noble arte :)))
    Seguro que esta Gaveta sigue buscando en los orígenes para alumbrar un futuro sin incertidumbres.
    Besos, Irene, y gracias por la mención.

    ResponderEliminar
  2. Hermosa Irene, pues deberías hacerlo con más frecuencia, eso de hacer poesías, tiene algo de especial porque como va saliendo desde muy adentro con ritmo y cadencia, ayuda más que cualquier terapia con psicólogos. Esas cuatro palabras subrayadas son muy significativas, lo abarcan todo. Te ha quedado muy visceral.
    Gracias por la dedicatoria y mención, es como si nos tocaras con tus manos el corazón.
    Y sí, si necesitas seguir, hazlo, no te detengas, espero que podamos juntos seguir enviando luz y redención al contenido, significado y propósito de esa Gaveta.
    El párrafo final está lleno de sinceridad, honestidad y coraje, eso es de valientes Irene, nada es fácil pero lo más difícil es empezar, ya llevas un año, tratando de extirpar demonios, ventilar viejas heridas para sanarlas y creo que muy pronto lo lograrás.
    Gracias por confiar en tu guía interna y por permitirnos llegar a ti. Besos querida y muchos abrazos almicos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario