La madriguera. Día 8

 



"Si puedo evitar que en un corazón sufra, 

no viviré en vano; 

si puedo aliviar el dolor en una vida, 

o sanar una herida 

o ayudar a un petirrojo desmayado 

a encontrar su nido, 

no viviré en vano"

Emily Dickinson

 

Escondida en las profundidades del encogimiento, no vislumbra la realidad semejante del resto. Obcecada en la terquedad de su propia verdad, persiste en crear una mentira donde otros perciben hábitat. Silencio que solo distingue fábulas, menosprecios y fiereza.

Recoveco que desprende harmonía momentánea, protección, ante un entorno hostil. Amparo de aquellos que juraron abrigar aquellos pobres espíritus que por niñez no eran capaces. Adversidad rodeada de pérfidas praxis, amor recubierto de ferocidad. Mentira.

La ternura no es eso, no. Rechazo y vuelta al cobijo de su madriguera.

Almas puras que ante la crueldad menguan, y aquellos pequeños personajes situados ante el linde de lo incomprensible, lloran por ellas, lloran y se opacan sintiendo vergüenza. Culpa.

En la clara oscuridad comprende, que la familia no es eso, y se rompe, se desgarra ante la indiferencia convirtiendo el escondrijo en un mundo de cuatro.

Ese sí, ese es su linaje. Ahí por primera vez habla.

 

Comentarios

  1. No conocía ese poema.
    Es hermoso.

    Yo veo cada vez más madrigueras.
    Quizá es que fuera de ellas se corren muchos riesgos.

    Besos.

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  2. Intuyo cosas muy turbias en tu escrito. A veces donde más refugio se debería encontrar, se topa uno con todo lo contrario. El poema de Dickinson es precioso.
    Un beso.

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  3. Como corresponde a un mundo dual, una madriguera tiene sus dos caras. Una es oscura, no sólo por lo compleja que resultaría una estadía allí, sino también por quien la habita, seguramente rodeado de seres también oscuros. La otra simboliza el refugio que puede encontrarse durante los duros momentos del exterior. Creo que algo de esto último ocurre hoy en la humanidad.
    Saludos.

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  4. ¡Hola, Irene! Corren malos tiempos para la soledad y la reclusión, justo lo que ofrece una madriguera. Hoy día parece que si no estás todo el santo día parloteando o sacando fotos en el insta es que te pasa algo, y por lo general, malo. Así vamos, comerciando y fomentando la banalidad. Una madriguera es un refugio para aislarnos, pero también para descansar y recuperar fuerzas. También para soñar, conocernos a nosotros mismos e imaginar.
    Suelo decir que la vida es un continuum de abrir y cerrar puertas. Épocas en las que quieres mostrarte, épocas en las que quieres ocultarte. Tan malo es lo segundo, como lo primero. Lo único es que mostrarse tiene mejor fama. Un abrazo!

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  5. No sabría si esa madriguera es buena o mala.
    Me encanta el poema elegido. Mi favorito de Emily Dickinson es uno de los más conocidos: La esperanza es esa cosa con plumas...
    Feliz noche.

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  6. ¡Hola, Irene!
    El poema, que es precioso, ya deja ver un paso más detrás de esta gaveta de yerros. Vislumbro que esa silueta que en la entrada anterior asoma el rostro con intención de ver si hay salida del averno, ahora da otro paso de avance al sentir que su vida valdría la pena si realiza aunque sea una buena obra por otro ser viviente.
    Ha aumentado su autoestima.
    Tanto tiempo encerrada la hace dudar de todo, pero guarda en su corazón ternura, sintiendo vergüenza ajena y culpa por mantenerse encerrada en su dolor sin ver lo que ocurría más allá de su mundo, donde también hay mucho dolor.
    Se reconoce egoísta.

    La madriguera es también otra pista, de ella sales y entras a discreción, protegiéndote cuando lo amerita, sin dudas allí se debe estar mejor que en el averno.
    Ocho días han marcado ese progreso, vas despacito saliendo de la oscuridad querida.
    Mi Ser te abraza fuerte, hermosa jovencita.

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