Sueños baratos. Día 19

 



—¿Y tus sueños?

—¿Cuáles?

—Los que un día imaginaste.

 

Ya no residen, terminaron relegados, abandonados en la inexistente supervivencia. Frustrados ante el desenlace de la vida, camino imaginario de un ayer lejano e inconexo. En el que un duende miró a través del bosquejo y se carcajeó sabedor de la realidad en la que se amparaba.

Sigue, sigue y corre que no llegas. No estás preparada, pero debes perpetuar. Las prioridades se manifiestan en la necesidad. Aprenderás, bajarás la cabeza, pedirás perdón mil veces y continuarás con la visión ajena.

Llegará un día, sí, que profesarás que era tu meta, para forjarlo creíble lo corearás. En la somnolencia que acarrea, valorarás la presente estabilidad, pero no; desde dentro clamarás que eso no era lo escogido, que las circunstancias te arrastraron. Revelando la grieta.

Pero de nada sirve porque adquiriste un compromiso, uno sellado con sangre. Veinte días más tarde te preguntarás, ¿y ahora qué?

En el trance mirarás atrás, muy, muy atrás; y de un modo perverso, rotularás: mereció la pena el sacrificio, es el que me ha empujado a este instante. Aquí.


Comentarios

  1. Hablas de renuncia, abandono, frustración de sueños.. sometimiento y peor aun, asunción de visiones ajenas a la tuya. Parece que hablas de renunciar a todos esos sueños por alcanzar una estabilidad y desde ella te preguntas si ha merecido la pena…llegar hasta donde estás ahora. ..Creo que los sueños, son sólo una idealización de algo abstracto y como tal no sabemos qué hubiera sucedido de haberse materializado. Quizá de haberlos alcanzarlos hubiera sido tan desilusionante, como no haberlos alcanzado, por eso como lo único que tenemos es el presente la cuestión es intentar hacer que el presente, sea lo más mullido y confortable posible, que nos sintamos lo mejor posible, dentro de nuestra realidad. La frustración surge de las expectativas incumplidas, a lo mejor se trata de ir pasito a pasito disfrutando de los pequeños logros instante a instante, sin fijarnos una meta final como culmen de nuestras aspiraciones, porque efectivamente, entre la ansiedad por llegar y la angustia por no conseguirlo, morimos en presente, sin llegar a ese futuro soñado jamás. No sé si te he entendido, discúlpame. Un besito!

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  2. Revelando la grieta...supongo que una de las claves de esta enigmática Gaveta. Me gusta la expulsión existencial que realizas a través de las letras que en muchas ocasiones se muestran curativas tanto para el que las escribe, como para los que somos receptores. Hay disquisiciones que nos llevan a pensar en rebelarnos o aceptar nuestro destino. Lo que tengo claro es que nunca es tarde para partir de 0. Tras esta divagación convendría echar unos bailes je, je.
    Besos, Irene.

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  3. Irene, nunca te rindas, lo dicho es un metamensaje oculto de tus renuncias y tus dudas, pero deseo resaltar una sola frase de lo expresado, es la siguiente
    "Las prioridades se manifiestan en la necesidad", lo que debes preguntarte es ¿En este momento actual, cuál es tu necesidad más perentoria? ¿Vivir a tope con tu verdadero Ser o dejarte llevar por los compromisos y sentencias de vida sin vida?

    Creo que en busca de esa respuesta estás, sigue adelante y no te detengas en tu reencuentro hasta vaciar esa gaveta.
    Todo sigue un orden divino y tiene una razón existencial de ser, aunque nos tardemos en aceptarlo, entenderlo y agradecerlo. Un fuerte abrazo y besos.

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  4. Hemos cambiado sueños por estabilidad.
    Magia por tres comidas al día.
    Eso asegura una supervivencia sin altibajos y también una vida rutinaria y gris.

    Besos.

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  5. Creo que pocas veces las vidas se parecen a los sueños que sobre ellas tuvimos de jóvenes. El duende de la realidad del que hablas se encarga de sustituir la fantasía por algo más pragmático, menos soñado y más vivido. No tiene por qué ser malo (aunque a veces lo es y mucho), pero es imposible renunciar a la nostalgia de los sueños.
    Un beso.

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  6. Bueno, ya estamos aquí y eso ya es algo. Bueno, quiero creer.
    Va un abrazo, Irene.

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  7. ¡Hola, Irene! ¿Y si...?, creo que es la pregunta más diabólica que nos hacemos los seres humanos. El problema es que si bien conocemos lo que sucedió cuando elegimos un camino concreto, bien por decisión o por un dejar arrastrarse por las circunstancias, no sucede así con el camino al que renunciamos. De ese no sabremos nunca que hubiera pasado y ello nos lleva a idealizarlo y añorarlo.
    De niño o joven, mi sueño hubiera sido ser dibujante de cómics o embarcarme en algo relacionado con la ficción. La realidad me llevó a la abogacía. Este camino me llevó a conocer a mi esposa y con ella nacieron mis dos hijos. ¿El otro? Nunca lo sabré, con la crisis de los cuarenta intenté regresar a aquel camino a través de la escritura. De algún modo, intenté regresar a aquel adolescente.
    Bueno, para no enrollarme. La vida te da el tiempo suficiente para retomar lo que dejaste, aunque no sea como soñaste, y, al final, la felicidad depende de uno, no de lo que le rodea. Un abrazo!!!

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  8. ¡Hola, querida Irene.!
    Te leo sobre sueños, y de esas preguntas que mucha gente suele hacerse; que hubiera pasado si? por qué no hice lo que creí que debía?, y varias del estilo... supongo que es normal, yo hace tiempo dejé de indagar o cuestionar lo que pudo ser y no, ni siquiera en mi ahora. Creo que cada etapa tiene sus sueños e imaginaciones, y que si la vida fue de una determinada manera bien sería y es necesario para algún nivel de nuestro ser, tanto espiritual como físico. En la etapa actual cada vez pensar y darle vueltas al coco creo que al menos a mí resta energía, y lo que es...simplemente es, resulta fácil pero qué complicado lo vemos y sentimos. Al final, es la aceptación total con todas sus consecuencias. Puedo entender que si alguien te trunca los sueños es doloroso, pero nunca sabremos para qué. Lo que importa es seguir adelante, a ser posible con una sonrisa puesta.

    Leer en tu Gaveta es toda una fascinación, puedo, a veces, introducirme en tus letras y ser como una viajera del mismo tren. Gracias, por compartir tan bello como intrínseco.

    Un abrazo, con todo mi cariño y admiración.

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