Complejo de cuidadora no profesional. Día 39
He vivido
cediendo terreno
hasta quedarme con el
necesario
—un área invicta,
de nadie,
que un desconocido
reclama.
Rafael Cadenas
Luz que se achica cada vez que se exhibe. Amargura. La indigencia conspira, la tradición no merodea contemplativa. La bravura repudia, alterna entre la costumbre y la basta esperanza de un todavía. Lástima de sí misma. Remoto, donde se le incrustó genéticamente como un comportamiento válido. Egoísmo, no de otros, no. Necesidad de cariño. Hambre por ser un día acogida, abrazada desde las entrañas. Primaria.
Vegeta adiestrada. Quizás, solo quizás, suplica auxilio; el
suyo. Se desquicia. Incoherencia por ser y rehuir. Ansia desesperada de renacer
sin grilletes, ser la benefactora.
Escuece, como cuando algo ha dejado de tener sentido. Ese
vacío inmaterial no descifra lo que un día unió, aquello que se cedió en nombre
del amor, de una eternidad no recíproca. Susurros maliciosos exponen lo que omite: nunca será suficiente.
Huele a sangre, herida jamás cerrada, supura, reniega
colérica. Acoge la crueldad, pero este día, éste; comprende que no merece
ningún castigo.
En el precipicio observa los rasgos, voces, astillas
clavadas. Hojas que cortaron con remordimiento, culpa y ausencia. Soledad
maltrecha.
Exige una respuesta. ¿Será valiente?
Este texto, no puede ser más deletéreo, existencialista, dramático, escatológico (en el sentido griego, no el de expresión familiar de la palabra) y por supuesto críptico, pues la prosa es un alarido velado orientado hacia tuétanos maltrechos pero insuflados de cierta esperanza ¿esperanza? Esta frase que escribo a continuación deberían ir tocadas heráldicamente de sinople porque hete aquí que anhelo que no esté basado en tu presente propio I r e n e. Finalizo con esa Esperanza de que te vaya todo bien, no niego que no estoy exento de esa preocupación, pero te deseo un buen final octubrino y su tercio....¡¡¡¡¡¡¡ A por Noviembreeeeeeee !!!!!!!🧛♂️
ResponderEliminar¡¡¡¡¡¡¡¡ Y los versos libres de inicio, son buenísimooooossss!!!!!!!!🕵️♂️
EliminarRenacer y ser la benefactora. Acogida, primaria, remoto, astillas clavadas que aspiran a ser extirpadas y a buen seguro que lo serán. Críptico y profundo texto, querida, Irene. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarIrene, hermosos esos versos que creo nos identifican a la mayoría, un mal común ese vivir cediendo terreno, hasta que nos damos cuenta de ello y con todo derecho lo reclamamos de vuelta.
ResponderEliminarSigue sacando esas astillas, creo que ese dolor ya va saliendo y dejándote respirar mejor, un aire más puro. Nada como compartir, ya sea la dicha y alegría o el dolor y las amarguras. Compartir estas últimas, nos aligera la carga emocional y cuando llegamos al punto de compartirlas, es porque de alguna manera ya han cumplido su misión en nuestro interior y necesitan ser aireadas, para luego enterrarlas o mejor digo, desterrarlas bien lejos, donde ya no nos puedan lastimar ni las lleguemos recordar.
Estás renaciendo ya sin grilletes querida Irene, el darte cuenta de que no mereces ese castigo es la mejor señal de tu liberación.
Y, si, ¡Serás valiente! para dejar a un lado esa soledad y darte el permiso de volver a amar y creer en el amor y la dicha, te lo mereces bella mujer, y si no lo bloqueas, verás lo cerca de ti que está...
Un beso, sigo confiada en tu triunfo.
Guau, vaya texto. Algunos comentaristas lo han descrito como críptico y creo que se han quedado cortos.
ResponderEliminarDesde luego es muy fuerte, y desgarrador. Esas frases cortas, lanzadas como armas de defensa (¿o de ataque?). Impactante.
Un beso.
Te leo y siento cómo te vacías escribiendo... espero que sea terapéutico.
ResponderEliminarEn mi caso lo es... yo digo que escribo para no matarme.
Cada poema es un demonio menos... aunque luego resuciten los volveré a matar y así paso los días y lo que me quede de vida.
Besos.
Preciosos los versos de Rafael Cadenas a los que tú das una respuesta contundente. Es terrible ceder terreno en el amor hasta quedarte casi en los huesos. Y hay quien lo hace. Se deja empequeñecer y casi desaparece. Luego el amor se termina y se quedan con la mera sombra de lo que fueron. ¿Qué respuesta, qué valentía se puede esperar de quien no es más que su propia carcasa?
ResponderEliminarUn beso.
Todos te comentan lo críptico de tu texto y es cierto, pero si relaciono título y texto me sale la radiografía hermosamente desgarradora de alguien que se rompe en cachitos, que poco a poco deja de ser quien era, difuminándose como fotografía borrosa que no acepta perder su sinidez y alguien a su lado sufriendo ese proceso... no sé, no me hagas mucho caso, te he leído que mucho de lo que escribes es para recomponerte de la perdida de tu padre, el mío falleció hace 20 años y su perdida la sufrí como si me descargaran una recoertada a bocajarro, hace poco más de dos semanas he perdido a mi madre y aunque se fue dulcemente y ya era su hora por edad, fue tan rápido e inesperado que por mucho que te hagas a la idea, deja demasiado dolor su ausencia, poco a poco todo se recompone y la vida sigue pero ¿ qué difícil mientras todo duele tanto, verdad? no te preocupes que estoy bien, sólo quería decirte que ahora mejor que nunca comprendo tu dolor... tb fui cuidadora no profesional de ella, tb comprendo muy bien eso ; )
ResponderEliminar*quise decir nitidez .. ; )
ResponderEliminarTendréis que perdonarme, pero esta entrada no me veo capaz de contestarla de forma individual. Luego está la compulsión que se niega a que penséis que no os agradezco vuestra inmensidad, porque en verdad, lo es todo.
ResponderEliminarPor eso debo deciros que este blog me está haciendo mucho bien, pero vosotros, VOSOTROS lográis que me sienta resguardada. Libre por ser y mostrar las partes bonitas, feas, los matices o simplemente quién soy. Lo que sí quiero deciros es que todo guarda un núcleo común, pero no voltea sobre él, más bien es su antes y sobre todo lo que sobrevino después. La que fui y en la que me convertí y, egoístamente, la que no me he permitido alcanzar.
Con todo mi corazón os doy las gracias por acompañarme en este camino.
Besos, y abrazos.
Ser valiente exige mucho más que mera valentía.
ResponderEliminarSaludos,
J.
La valentía...es tan relativa que no sabría ni decirte qué es, exactamente. A menudo es difícil diferenciarla de la estupidez.
ResponderEliminarUn texto propio, radiografía de un momento sentido y quizá realmente valiente en cuanto que se puede intuir, sentir, la lírica que te invade... No analizo, sólo leo esas metáforas casi venales y hasta puedo entenderte porque para mí hablas de pérdidas, de tiempo de reconstrucción, de silencios que aún no son capaces de acercarse a la ventana... Esa sensación de rendición la he sentido muchas veces... Y creo que estamos hechos de trozos, de trozos que se van recomponiendo...
ResponderEliminarEs muy agradable leerte, y también siento humanidad al leerte; humanidad vertida...
Abrazo.
Lamento que no sé porqué razón, google no me deja seguirte. (Indagaré en los motivos)
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